![]() |
La metáfora del árbol tecnoloeducativo – Camino López |
Tenemos dos tipos de lenguaje visual: el visual-escrito y el icónico-visual. Los código QR no son ninguno de los dos, y no nos aportan información sobre su contenido. Por ejemplo, tenemos una portada de un libro (espacio de código) y queremos saber de qué trata antes de abrirlo para saber si lo queremos leer (descodificación del código). En el caso del libro con el título y las imágenes de la portada podemos hacernos una idea de qué tipo de información contiene si necesidad de abrirlo y acceder a todo su contenido. Lo mismo pasa con las imágenes: no hace falta descifrarlas enteras pormenorizadamente para entender cuál es su significado general.
![]() |
Autora: Camino López |
El peligro surge aquí: cualquier niño con un teléfono que tenga la aplicación de descodificación de QR y con solo la curiosidad de saber qué hay detrás del código o simplemente porque cree que puede ser información de interés para su aprendizaje diario, se puede encontrar una vez descodifique el código con:
Enseñarles a entender el contexto del QR antes de abrirlo (si está sobre una valla publicitaria enseñarles a controlar la ansiedad de descifrar para antes entender el contenido visual de esa valla, seguramente nos dé pistas de la temática del QR si es acorde el contenido con el continente).
Una vez abierto el QR si nos encontramos con información no deseada explicarle qué es y cómo comprenderla, para facilitarle su comprensión.

La única solución sería incluir una iconografía acorde con el contenido del QR, integrada en el código para que su utilidad fuera igualmente de descodificación como de transmisión de información visual previa a este proceso. Unos ejemplos serían éstos en los que la marca incluye colores y una iconografía que nos hace entender por qué temática puede moverse, o que incluye su logotipo para no dejar lugar a dudas:
Autora: Camino López